CRÓNICA: EL COBRADOR DE LOS MUERTOS

CRÓNICA: EL COBRADOR DE LOS MUERTOS Una noche de Sábado Santo, donde nos robarán una hora, recuerdo instantes, ahora en la madurez nunca plena de la experiencia, y soy consciente que los dejé pasar. Y cuando miro a mi alrededor veo que mi camino ha sido distinto. Hubiera sido justo o al menos normal que conociera a mis abuelas. Ninguna vivió la segunda mitad del siglo XX. En cuanto a mi abuelo paterno apenas le conocí. Su recuerdo son momentos reflejados en mi memoria eidética. En cuanto a mi abuelo materno conviví con él pero no lo viví o no supe hacerlo. También es verdad que el ambiente impuesto no era el adecuado aunque yo me rebelé ¿Pueden obligar a un niño a no hablar con alguien? Fue cruel pero cierto. Aquel 22 de diciembre de 1982 la lotería de la vida se lo llevó. Y yo me llevé sus recuerdos. Maximiliano Martínez Martinez, era su nombre. Y yo le quería mucho. En la plaza de Cánovas número 4 existe un edificio donde hace años se encontraban las oficinas de la a...