CRONICA: MUJER TRABAJADORA

CRONICA: MUJER TRABAJADORA Hace unos días estuve en el camposanto de Valdepiélagos despidiendo a mi tio Tayo. Me situé junto a la tumba de mi madre mientras miraba como le enterraban tres filas de sepulturas más arriba. La historia sube por la ladera del cementerio situado frente a olivos. Ya la misa anterior me había trasladado a un dia similar hace 33 años, con un ataud parecido en el pasillo central. Aquel dia bajo un cielo muy azul bajamos tras el coche fúnebre desde la puerta de la iglesia, rodeando la barbacana, carretera abajo. Tanto mi tio Tayo como mi madre nacieron en 1936. Sólo que ella murió con 55 años. El viento que mece en ocasiones algún milano sobre el cementerio había humedecido mis ojos y encendido mi memoria eidética del pasado. Si vas a la plaza cómprame queso de Burgos, le dijo mi abuelo. No entendía por qué mi abuelo llamaba plaza al mercado de Ibiza, junto a El Retiro. Quizás una reminiscencia de cuando en Sisante, Cuenca, su propia madre iba a la pla...