CRÓNICA: Ermesenda tiene cronista.
CRÓNICA: Ermesenda tiene cronista. Ay Ermesenda si supieras lo que acontece en el histórico suelo castellano, de la ribera del Pilde, casi ochocientos cincuenta años después de tu muerte. Porque a Brazacorta viniste como abadesa cuando trece años antes, tu marido, Manrique Pérez de Lara, fuera muerto en Huete por Fernando Rodríguez de Castro, llamado el castellano. Desdoblaste el monasterio duplice de La Vid y aquí viniste con las damas. Ay los Castro y los Lara, siempre liados en tutelas y regencias de los reyes. Manrique, de los Lara, fue regente cuando Sancho murió, quedando la tutela del joven Alfonso en manos de los Castro. Así querían evitar la guerra entre castellanos pero su tío Fernando de León y las dos casas siguieron con sus maquiavélicos intereses. Y antes que fuera entregado el rey niño, el soriano, el que llegara a ser el vencedor de las Navas, fue escondido, huyendo hasta Atienza, por otro caballero llamado Pedro Nuño de Fuentearmegil. Del que habla el autor de El