CRÓNICA: El cronista de Valdepiélagos y presidente de la Asociación de Cronistas Madrileños en el congreso de cronistas de Mérida.
Desde el patio del Parador de Mérida hago recuerdo de la primera jornada del congreso de RAECO.
Después de desayunar he ido con Juan Antonio Alonso Resalt, presidente de RAECO, al Centro Cultural Alcazaba donde mañana se celebrará la Asamblea General Ordinaria y las sesiones de trabajo.
He vuelto a bajar al río. Y la imagen desde el puente romano sobre el Guadiana mirando la Alcazaba o viceversa son para mí las mejores imágenes de Mérida.
He visto el templo de Diana, que no es de Diana y he pasado varias veces por el arco de Trajano, que no es de Trajano, como me explicó en la conferencia inaugural uno de los cronistas de Mérida, Jose Maria Álvarez, que ha mostrado que es una de las personas que más sabe de esta ciudad. Sus detalles sobre lo no conocido de esta capital me ha terminado de convencer que he de volver.
Luego recuerdo un cortado en la plaza de España con una mesa al lado de coetáneas del siglo pasado que hablaban con ese acento extremeño que empiezo a querer, eso sí, apuntillando a la que se le ocurria levantarse o alejarse de la mesa.
Más tarde he vuelto al Sybarit Gastroshop junto al arco de Trajano que era de Augusto y he pedido ensaladilla con huevo frito, un descubrimiento, y unas chuletillas de la tierra, bueno, de lo que corre por la tierra.
A las 19 horas tenía el acto inaugural en la Asamblea de Extremadura, conferencias, presentaciones, reconocimientos y un cóctel con productos, ahora sí, de la tierra.
Pero, espera, aún aún me llevo otro recuerdo, dos besos, de la presidenta de la Asamblea de Extremadura.
Ea.
@agustindelasheras
@cronistadevaldepielagos
@presidentecronistasmadrileños
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