CRÓNICA: UNA VISITA MUY PRELADA (2a. parte)

CRÓNICA: UNA VISITA MUY PRELADA (2a. parte) El 10 de junio de 1888 era domingo. Dos años después de caer abatido por tres disparos Don Narciso Martinez Izquierdo, en la escalinata de la Catedral de San Isidro, en Madrid, aquel Domingo de Ramos de 1886 y mientras su asesino, el sacerdote Cayetano Galeote, estaba encerrado en el manicomio de Leganés, en Valdepiélagos aconteció un día especial. Viniendo desde Valdetorres, el sucesor de Don Narciso, el Ilustrísimo Sr. D. Ciriaco María Sancha y Hervás, Caballero de la Gran Cruz de Isabel la Católica, obispo de Madrid-Alcalá, penetró en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Valdepiélagos con la solemnidad prevista en el Pontifical Romano y visitó el Sagrario, el altar, la pila bautismal, la sacristía, observó los vasos sagrados, ornamentos y ropas, y examinó los libros de la iglesia. Y de la observancia minuciosa de la iglesia, con la ayuda de su secretario y ante la mirada asustada y esperanzada de Don Francisco Balsas...