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CRÓNICA: UN DÍA ONCE DEL MES ONCE

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CRÓNICA: UN DÍA ONCE DEL MES ONCE Es curioso como cualquier documento o cualquier foto, además de llevarnos al pasado, nos cuenta mucho más que la imagen en si misma.  Entre las pocas fotos que tengo de la familia de mi madre apareció la que podéis ver en esta crónica. Es mi abuela Concepción Aroca, madre de mi madre, Concepción Martínez Aroca. Es la parte castiza de mi sangre, del Madrid de calles como la de Los Madrazo, que va desde Cedaceros hasta el Paseo del Prado. Alli vivieron hasta que las bombas del 36 les hicieran huir primero a Sisante y luego a Valencia. Mi madre no había cumplido los tres años.  Es una foto acartonada en blanco y negro que por aquellas fechas servían como postales y eran enviadas entre familiares y amigos.  En el reverso se puede leer: "A mi querida amiguita Carmen en prueba de verdadero cariño le dedico este pequeño recuerdo" firmado Conchita Aroca.  Mi abuela debería tener 16 o 17 años, dado que como mi abuelo, seguían año a año el siglo.  No t

CRÓNICA: ANTONIO PALACIOS Y EL METRO.

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CRÓNICA: ANTONIO PALACIOS Y EL METRO.  Cada día tengo más claro que esta vida de instantes la ha de vivir cada uno y la ha de escoger uno mismo.  Hoy he elegido acudir a una conferencia. En el Centro Social SECO, calle de Luis Peidró número 2 los ponentes nos han  revelado la figura de Antonio Palacios arquitecto español que dibujó Madrid de edificios que muchos de vosotros habréis visto en infinidad de ocasiones. El Palacio de Comunicaciones en Cibeles, actual ayuntamiento, el hospital de jornaleros de Maudes, el Círculo de Bellas Artes... Nuestro segundo ponente, Álvaro Bonet López, es un joven enamorado de Antonio Palacios, de su obra, que trabaja en doctorarse en esta figura y cada uno de sus planos y construcciones. Me recodaba a mi sobrino Jorge, arquitecto también que sueña con diseñar un mundo mejor.  Pero el primer ponente era otra cosa. Nada más verme me ha saludado con alegría como si yo diera valor a ese evento y el valor era él y su conocimiento. Nos ha explicado como Anto

CRÓNICA: LOS MARTÍNEZ

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CRÓNICA: LOS MARTÍNEZ  Aquel 10 de marzo de 1992, el camposanto de Valdepiélagos rebosaba de vecinos, familiares y amigos. Por un lado los De las Heras, valdepielagueños, y por otro los Martínez, madrileños, castizos y muy difíciles. Solo volví a verlos ocasionalmente alguna vez y mi nexo sólo fue con mi tío Fernando. Ayer, por lo que os contaré, hablábamos de eso. No había motivos. Yo era de los primos más pequeños. Y la vida la controloban nuestros mayores. Una familia dificil decía y me decían ayer.  Mi abuelo Maximiliano Martínez y mi abuela Concha Aroca tuvieron nueve hijos. La primera, Lola, melliza con un niño que le llamaron Germán y falleció, el segundo, Germán, que recibió el nombre de su hermano fallecido, Fernando, Inocencia, otros dos mellizos, mi madre Concha y Maxi, Santiago y un último niño, Jose, que falleció siendo bebé.  Ninguno vive. Mi abuelo, chófer del Doctor Muñoz-Seca en Madrid tuvo que bregar con todos a la muerte de mi abuela en 1949. Antes había huído con su

CRÓNICA: La Paloma, Calle Toledo, 85, 21:00 horas. 19 abril.

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CRÓNICA: La Paloma, Calle Toledo, 85, 21:00 horas. 19 abril. Decia Borges que  “La amistad no necesita frecuencia, el amor sí, pero la amistad no”. Y es cierto.  Ayer le robamos un instante a la vida. Y ya es nuestro.  La Paloma, en la calle de Toledo, es un rincón castizo dibujado por Brazacorteños. Porque Madrid lo dibujan sus gentes y cualquiera que se sienta madrileño puede serlo sin renunciar a nada.  Alfredo es la estampa de Alfonso, que nos dejó hace años. Siempre pendientes, amables, de los suyos... busco adjetivos pero todo se resume en... son buena gente.  El camarero de la plancha siempre nos tiene de compañía. Y nos observa como a dinosaurios supervivientes del meteorito de la vida. Y se ríe, se ríe mucho con nosotros.  Simplemente las cañas es el ejemplo de tirarlas como han de ser bebidas.  Y luego la medida carta de exquisitices donde la calidad precio se equilibra en la perfección.  Hay gambas a la plancha, pues son las mejores. Como se nota al maestro Alfonso. Hay ostr

CRÓNICA: ESTAMPACIONES

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CRÓNICA: ESTAMPACIONES.  En el centro de la pared del fondo del cuadro de Las Meninas hay una puerta abierta, en la que un hombre traspasa el umbral. Es José Nieto Velázquez, el chambelán de la reina que también era el encargado del taller de tapices reales. Pero lo que denota la imagen es un hombre que puede entrar y salir, que es bien hallado y la confianza que se tiene en él le da libertad para introducirse en un hogar.  Hace años alguien que leía una de las estampas que creía recordar me decía que escribía pintando con palabras de forma eidética. Y añadió que contaba detalles como si mirara un cuadro. Yo no sé que nombre poner a esta extraña habilidad, que para mí no lo es. Me ocurre sin más. Lo que también me ocurre es que una imagen que perciba me lleva a otra que viví en el pasado.  La casa de Emilia y Casimiro, el hermano de mi abuelo, me trae recuerdos de algún viaje a Valdepiélagos en aquel ochocientos cincuenta de dos puertas, con asientos de escay rojo, que mi padre aparcab

CRÓNICA: PETRA, GANDALLO... Y PERICO.

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CRÓNICA: PETRA, GANDALLO... Y PERICO.  Las calles y los caminos no sólo son lugares de paso o nexos de nuestras historias. En ocasiones son escenarios obligados para muchas vidas que nunca pueden sentir el golpe frío de una puerta de un portal o una casa cerrándose a sus espaldas cuando llegas a un hogar.  En mi barrio de Madrid, Perico debía tener 60 años por los años 70. Enjuto y despreciado por la vida dormía en las calles, dominadas por serenos, cercanas al Retiro. Mi mirada infantil le veía como el mudito de Blancanieves al que habían echado del cuento. No era alto, era pequeño y menguado. Y paseaba abrigos de temporada pasada, que algún vecino, de los que gastaban esas prendas anchas y rectas de beige o marrones, y trabajan en bancos, en un acto de limosna piadosa vaciaban sus armarios para salvar sus almas. Perico arrastraba gabanes gastados, con mangas enormes. Y escarbaba basuras y la caridad de los bolsillos de quienes le regalaban algún duro. Dormía en los bancos y portales

CRÓNICA: CLAVELES, CAMINEROS Y COMINEROS.

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CRÓNICA: CLAVELES, CAMINEROS Y COMINEROS.  Aquel Pegaso traqueteante había dejado atrás la caseta de los camineros, que había en el cruce de la carretera de El Casar a Torrelaguna, mientras que la bomba de aceite le hacia sonar a cacharro.  Debía ser entre 1964 y 1966... Los dos camineros encargados cuidaban la legua impuesta como dictaminaba el oficio creado por Fernando VI, que llenó España de peones que iban y venían a pie conservando aquellos agrestes caminos que recorrian el reino. Estaban pagados con cinco reales diarios además de casa habitación que en la mayoría de las veces estaba en la mitad de la legua asignada.  En el momento de esta escena valdepielagueña los camineros dejaban la herramienta y las señales que usaban en el corral de la casa de Serafín Gil Moreno, a la entrada del pueblo. Lugar que también utilizaba el cominero para dejar la bicicleta mientras que con su bata azul vendía especias por las calles de Valdepiélagos, llevándolas en un cesto enorme de mimbre.  Aun