Cronista de Valdepiélagos

CRÓNICA: Amigos en el Camino del Cid.  Un lugar marca un instante. Cada instante hay que vivirlo. Para qué pensar en el ayer que no puedes cambiar o el futuro que puedes no vivir.  En Brazacorta se ha parado el tiempo. Es difícil buscar un sentimiento pero cuando este surge sin esfuerzo percibes que la llama siempre ha estado ahí.  Hace años ninguno había cumplido los dieciocho años. Nos unía el contexto de un colegio, el baloncesto, un parque y la amistad. Hoy en el camino del Cid nos hemos reunido. Y nada había cambiado. Eramos los mismos los que reíamos, los que disfrutabamos de nuestra compañía y si algo nos impregnaba era la felicidad. No os diré quien era quién, eso es lo de menos. Pero si os diré que había un sargento y un brigada de la Guardia Civil, sus respectivas parejas, una de ellas compañera de la infancia y todos con recuerdos comunes. El Sargento me ha dicho algo que define las gentes de Castilla. Decía, me han destinado a un pueblo de Burgos. Pensaba en la Castilla rec

CRÓNICA: PABLO EDUARDO VICTORIA WILCHES, MI MAESTRO SOBRE LA FIGURA DE BLAS DE LEZO. Ha fallecido Pablo Eduardo Victoria Wilches.  Tuve el honor de compartir mesa con él en una cena hace años. Le acompañaba su hijo. Yo iba con mi mujer.  Y el placer de conocer y aprender datos de sus grandes investigaciones durante unas horas.  De la multitud de información en aquella conversación, la figura de Blas de Lezo nos acompañaba en espíritu. Pablo Victoria era colombiano de nacimiento con nacionalidad española. Y llevaba a nuestro país y la historia que nos une con Colombia dentro de su corazón. Y al contrario que esta España nuestra olvida a los suyos, se preocupó de rescatar la figura de Blas de Lezo, nacido en Pasajes, Guipúzcoa, en 1689 y muerto olvidado en Cartagena de Indias, la Ciudad Heroica, en 1741, después de haber ocasionado la mayor humillación militar que nación alguna hubiese infligido a Inglaterra, que queriendo cortar la ruta de Indias y apoderarse del Imperio, atacó con 180

  CRÓNICA: VALDEPIÉLAGOS EN LA 2 DE RTVE. 14 de julio de 2002 Hace 22 años, un 14 de julio, se ofició en Valdepiélagos la Santa Misa que fue retransmitida en la 2 de RTVE. Dicha Eucaristía llegó a toda España. Gracias a la cámara de MariCarmen González tenemos documentos gráficos de aquel día. La Rondalla y Coro San Isidro, con la dirección de Ángel, envolvió la liturgia en la Plaza y Calle Mayor donde los vecinos de Valdepiélagos mostraron y llevaron a toda España los fines latreútico, eucarístico, propiciatorio e impetratorio con la presencia de nuestro sacerdote, aquellos días, Don Florentino, y la colaboración del cura de Torrelaguna Don Juanjo.  Sin querer dejarnos a nadie de los que reconocemos en la foto de la Rondalla. De izquierda a derecha Rafael, Víctor Manuel, Eva, Mónica, Montse, Blanca, Camelia, Inés, Daniel, Noelia, Mari Carmen, Nuria, Rodrigo, Fátima, Alberto, y Ángel. En el coro Juan Ignacio, Mari Cruz, Alicia, Maribel, Angelina, Celia, Mari, Mari Mar, Mila, y José Mar

CRÓNICA: HISTORIA DE UNA FOTO.  El primer marido de Dña. Adelaida Luisa Llopis Bettarini, dueña del Coto San Benito, se llamaba César Martín López, y tuvieron dos hijos: Lolín (Maria Dolores) y César Martín Llopis. Lolín se casó con Bautista Esquer, arquitecto. Juan Bautista Esquer de la Torre es el artifice de la creación de la nueva sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, de Ciudad Pegaso, la antigua fábrica de Marconi y... nuestro ayuntamiento. Veréis.  Mi maestro cronista Anatolio González me contaba que 1947, el alcalde José Pascual estuvo días detrás del gobernador civil para que ayudará en la construcción de un nuevo ayuntamiento en Valdepiélagos. Este alcalde era amigo de César Martín Llopis hijo de la dueña del Coto San Benito, Luisa Llopis, que convenció a Bautista, su yerno para que hiciera el proyecto, que fue aceptado por el gobernador. Bautista lo realizó gratis para Valdepiélagos.  Se desarrollaron las obras con el dinero que todos los meses entregaba la administració

CRÓNICA: Cita con Javier Álvarez Wiese y Enrique Álvarez Tolcheff. 11 de julio de 2024. Los nietos de Dña. Adelaida Luisa Llopis Bettarini y el biznieto de Agustín de las Heras Martín se han citado para una comida en el Café Comercial de la Glorieta de Bilbao en Madrid. Afuera el mes de julio envolvía las calles de calor seco donde el alquitrán se quería hacer pegajoso y los adoquines de las aceras se imantaban de su propio fuego. Ellos, son hijos de los "Chicos del Cerro" como les conocían en Valdepiélagos. Enrique, hijo de Luis Enrique Álvarez Llopis y Javier, de Alfonso Álvarez Llopis. Dña. Adelaida Luisa Llopis, viuda de su primer marido se había casado con Alfonso Álvarez Suárez, el abuelo de mis agradables comensales.  Los nietos de la dueña del Coto San Benito y el biznieto del guarda de dicho Coto hemos compartido muchas historias que nos unían en aquel pasado y ahora nos unen en el presente.  Su abuela Dña. Luisa Llopis llevó a la pila bautismal a mi tía Maria Luisa

 7 DE JULIO Quizás me repita año tras año pero el sentimiento de alguien que es consciente que camina sólo por la vida, es pensar el día de su cumpleaños en lo mismo. Pero si os paráis a analizar esta afirmación muchas vidas son y han sido así. Cuando fallece alguien en muy pocos rincones de algunos corazones sigue existiendo su recuerdo.  ¿Y no te llamas Fermín? Me preguntaban en Valdepiélagos cuando era niño. Pues no, me llamo Agustín como mi bisabuelo. Así me puso mi padre, un eminente humanista para sí mismo. Decía que tuvo que aguantar muchos años oyendo a su abuelo decirle: "Antonio que te sobo el morro, Antonio que te sobo las costillas" aunque nunca le puso la mano encima. Pues bien, me llamo Agustín por esa venganza de poder decir a otro Agustín, lo que él muchos años había oido. Y esto no lo digo yo, lo dice él. Qué tierno. Pues sí, me llamo Agustín como mi bisabuelo. Un hombre que empezó una vida marcada por la tragedia, viendo morir quemada a su madre en Valdepiél

CRÓNICA: UNA DULCE ANTICRÓNICA. 5 julio 2024 Ayer no me perdí por las montañas de la Fócida buscando una respuesta. Pero estuve cerca del agua de las fuentes y las veredas.  No era una cierva blanca como la que soñó Borges, pero si una corza curiosa. Y no de la verde Inglaterra, ni de una lámina persa, pero después de mirarnos se esfumó en esa tarde tranquila.  Recuerdo estar entre mucha gente y deseaba estar allí. Y una sala repleta de libros como un tesoro escondido para la avidez de un lector. Y viandas selectas, dulces y saladas, como nunca había comido. Y conocí a quien nos ayudó a guardar nuestro pasado, con un extraño artilugio, en placas escritas. Un antiguo protector de espíritus, hace años, en aquellas tierras, al que llamaban como al de Tarso.  Bajo las ramas de un tilo estaba cerca de una quinta anónima de preciosas damas, desconociendo si eran musas o náyades, aun sin oir el sonido de la lira del dios de la luz y el sol, porque atardecía. Recuerdo sus risas. Prometí no tra