CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda.


CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda. 


Estoy intentando disponer de mi tiempo para lo que deseo yo y no los demás. La vida pasa muy deprisa, tan deprisa como transcurrió la de las personas que aparecen en los legajos y fueron olvidadas. 

Tengo claro que muy pocos merecen mi tiempo, vuestro tiempo, porque la quimera sencillamente consiste en vivir o ser vivido. 

Me gusta investigar en el pasado de Valdepiélagos, reconstruir la historia de sus gentes, porque gracias a ellos somos lo que somos, y escudriño documentos que según se retrocede en el tiempo son difíciles de leer, bien por la letra complicada de quienes sabían escribir o bien por el estado de los escritos. 

Del siglo XIX hacia atrás, los libros de matrimonio escasean y los de bautismo y defunciones no están completos.

Hace tres años, paralela a la historia de Valdepiélagos retrocedí en el tiempo buscando dos apellidos, Frutos, y De las Heras.

Nunca dejaré de agradecer que la información de la historia de nuestra villa haya llegado hasta nuestros días, aunque sea complicada de leer. Mejor esto que nada. Hay pueblos donde quemaron esos libros y la incivil guerra se los llevó al olvido.

Tenemos suerte porque un párroco los escondió, los emparedó en una pared de la iglesia, más tarde porque los descubrieron al realizar unas obras, y porque una serie de personas desinteresadamente se molestaron en fotografiarlos, hoja a hoja, guardarlos en archivos, antes que el arzobispado nos dejara sin ellos.

Ahí figuran la historia de nuestros padres, abuelas, bisabuelos, tatarabuelas, al menos en sus fechas de nacimiento, de su casamiento y su defunción. La historia que nos une, la que tenemos. 

En aquel retroceso del apellido De las Heras, llegué hasta un ancestro que había venido desde Pedrezuela, se asentó en Valdepiélagos y sus genes llegaron hasta este cronista. Pero también sabemos que hay otra rama de De las Heras, la de la familia de Isidro de las Heras, que se pierde en Uceda, y se traslada hacia los pueblos de la campiña de Guadalajara, llegando hasta los archivos de Sigüenza.

De aquel lebrel nacido en Pedrezuela, José de las Heras, parte la línea de este cronista. José era el padre de Juan, nacido en 1770 en Pedrezuela y fallecido en Valdepiélagos, el 27 de agosto de 1840. Tomás de las Heras (‪1794-1834‬) ya nacido en Valdepiélagos era hijo de Juan. Estanislao de las Heras (‪1830-1902‬) era hijo de Tomás. Agustín de las Heras (‪1868-1948‬) era hijo de Estanislao. Juan Emigdio de las Heras (‪1899-1972‬) y Casimiro de las Heras (1906-1984) eran hijos de Agustín. Antonio de las Heras (1932) es hijo de Emigdio. Y este cronista, hijo de Antonio.

Pero según investigo el pasado me doy cuenta que los apellidos van y vuelven por los pueblos de la zona. No puedo investigar los De las Heras de Pedrezuela, por falta de información escrita, pero escudriñar en documentos como el de la foto me lleva a sorpresas.

En el libro tercero de difuntos (‪1642-1756‬) en la página 105, entre letras enrevesadas, se puede leer,

Julio, hijo de Julio Sanz y de Isabel de las Heras, casados y parroquianos, a dieciséis de diciembre de 1706 falleció en la granja de Vayunquera del Hondon, con seis días y medio de edad. Y fue enterrado en el grado tercero de la iglesia, siendo cura, Gabriel.

Pero si bajamos un registro, un solo registro más, vemos, Anna de las Heras, falleció a dieciséis de diciembre de 1706, el mismo día que su sobrino. Anna era hermana de Isabel de las Heras. Falleció en la granja de Vayunquera del hondón sin haber recibido sacramento alguno. Que cuando estuvo algo enferma, no era de peligro. Y no hubo posibilidad de administrárselos. Fue enterrada también en el grado tercero de la iglesia.

Este registro de Anna y el anterior de Julio, los firma un licenciado de nombre, José López, en el libro de difuntos.

Como veis, cualquier anotación abre una línea de investigación y esta, simplemente, no dice que en 1706 había De las Heras en Valdepiélagos y que un párvulo y su tía, fueron enterrados el mismo día, y que todo ocurrió en los años de la guerra de sucesión, aquella que cambió los austrias por el borbón. 


@agustindelasheras 

@cronistadevaldepielagos 

@presidentecronistasmadrileños

Comentarios

  1. ¡Qué cosas! Siglo y pico más. O menos, según se mire.

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