CRÓNICA: Monika, no de Hipona, sino de Valdepiélagos.
Fotografía Susana López
CRÓNICA: Monika, no de Hipona, sino de Valdepiélagos.
Escribir de una persona sin apenas conocerla es una labor que puede ser demasiado atrevida.
Lo único que sè es que a lo largo de mi vida cinco minutos de conversación me llevan a conocer a una persona, por supuesto sin juzgarla. Es lo que infantilmente hablábamos de caer bien o mal.
No me suelo equivocar.
Quizas sea la experiencia de haber conocido a mucha gente
Hoy se celebra el santo de una mujer santa que luchó por enderezar a un hijo que al final se convirtió en santo. Por ello se la considera la patrona de madres, esposas y viudas.
De nuestra Monika, de Valdepiélagos, poco puedo decir porque nuestros encuentros han sido pinceladas. Pero creo, sin dudarlo, que es una excelente persona.
Estuve en su casa, en una noche de verano, donde una quedada hace pueblo. Donde poniendo un lugar se hacen y mantienen lazos que el día a día puede aflojar.
Este año no pude estar.
Pero recuerdo una casa entrañable que no estaba en las montañas de la Fócida pero sin duda tenía respuestas. Estaba cerca de fuentes y veredas.
Y en el silencio que dejábamos a la noche, no fue una cierva blanca como la que soñó Borges, pero si se acercó una corza curiosa. Y no de la verde Inglaterra, ni de una lámina persa, pero después de mirarnos se esfumó en esa tarde tranquila.
Recuerdo estar entre mucha gente y deseaba estar allí. Y vi una sala repleta de libros como un tesoro escondido para la avidez de un lector. Y viandas selectas, dulces y saladas, como nunca había comido.
Y en un jardín bajo las ramas de un tilo estuve cerca de una quinta anónima de preciosas damas, desconociendo si eran musas o náyades, aun sin oir el sonido de la lira del dios de la luz y el sol, porque atardecía.
Por cierto, una de ellas ayer me quiso liar con el calendario adelantando la onomástica.
Siempre he dicho que la vida tiene multitud de matices, con sus miles de réplicas, con sus encontradas opiniones y aun entrando en el templo de Delfos para encontrar respuestas, tampoco se encuentran.
Y lo que sé hoy es que es el santo de Monika. Madre de Susana, la robadora de las mejores facetas de las almas que plasma en sus fotografías y que me cae genial.
Por eso quiero felicitarla. Al igual que al resto de las Mónicas para no dejarme ninguna.
Un pueblo lo hacen sus vecinos, no sólo quien nace en él, sino los que impregnan con sus almas un lugar y lo hacen especial.
Y por eso Valdepiélagos es la villa que es.
Gracias a todas sus gentes.
@agustindelasheras
@cronistadevaldepielagos
@presidentecronistasmadrileños
Más que un cronista eres un notario, iluminado y sabio, que sabe ver lo que es realmente importante y que sin embargo a muchos pasa desapercibido.
ResponderEliminarComo buen fedatario público no tienes reparo alguno en levantar acta (para que así conste) y rubricarlo todo con tu firma, nombre y apellido.
A lo que me sumo encantado, Agustín, como testigo. 👏👏👏
Muchas gracias
EliminarMás que un cronista eres un notario, iluminado y sabio, que sabe ver lo que es realmente importante y que sin embargo a muchos pasa desapercibido.
ResponderEliminarComo buen fedatario público no tienes reparo alguno en levantar acta (para que así conste) y rubricarlo todo con tu firma, nombre y apellido.
A lo que me sumo encantado, Agustín, como testigo. 👏👏👏