CRÓNICA: Ranera (III)
CRÓNICA: Ranera (III)
Hoy he estado oyendo caer el agua en Tobera. El río Molinar se desliza más de cien metros desde Ranera y el sonido del agua se hace silencio para quien sabe oirlo.
A la sombra de quejigos me he sentado en aquel desfiladero. Y el tiempo pasaba pero no me importaba.
Y los buitres me observaban desde el cielo y las buitreras. Seguro que viendo mi cuerpo serrano barruntaban y pedían un vahído incierto en mi persona.
Se han fastidiado. Aunque los que no conocen de descanso les daba igual si estaba o no de vacaciones. Llamadas y llamadas.
He regresado a mi posada, el hotel rural rio Molinar. Y alli me he olvidado hasta de comer.
Según bajaba el sol me he liberado. Y me he encontrado con los mismos personajes. Iñaki feliz por su cumpleaños, las chicas de oro con las que me encanta conversar, y Juan Ramón, el de Getxo, que me ha dejado pagado un valenciano para después de la cena.
Y en la cena he disfrutado. Manitas como sólo sabe hacerlas Barce. Y por supuesto un plato de pimientos fritos de Jose Luis, ecología pura.
Ya partía para descansar cuando me ha abordado JoseMari, taxista jubilado y vecino, que al saber que me llamaba Agustín me ha dicho que cumplía años el día de mi santo. Ya no lo olvidaré. Y hablando de culebras y víboras, no sabía que lo hacía con Luis María Gómez, alcalde desde hace siete años del Partido de la Sierra en Tobalina, que agrupa a las juntas administrativas de Valderrama, Ranera y Cubilla de la Sierra.
Y como cronista le he comentado las bondades de tener un cronista en un municipio. Y estoy seguro que lo ha entendido. Nada de la historia de un pueblo debe perderse. Y nadie muere mientras no sea olvidado. Esa es nuestra labor.
Mañana es mi último día aquí y creo que mi camino de vuelta irá cargado de nostalgia y triste añoranza.
Cómo me gustaría ser Rulo y preocuparme sólo de que me tiraran una pelota.
@agustindelasheras
@cronistadevaldepielagos
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