Crónica: una anticrónica


 Crónica: una anticrónica. 


Dicen que los pájaros al volar dejan una estela que permite que a otros pájaros les sea más fácil volar. Quien me conoce sabe que tuve que volar solo desde muy pequeño y no encontré esas estelas. Por eso aprendí que la vida la forman los que viven a los demás y los que son vividos. Nunca he pedido mi absolución porque no la necesito pero, como dijo Terencio, nada que es humano me es ajeno. Mis amigos saben de las piedras de mis zapatos y sólo a ellos les permito juzgarme. Tengo cincuenta y ocho años y ya he vivido más que mi madre, que murió en mis brazos hace treinta y dos años con cincuenta y seis, y no conoció a su nieta, y está enterrada en Valdepiélagos. Cuando he mirado a mi alrededor he tenido una envidia que no ha sido sino resignación. Padres que quieren a sus hijos, abuelos que disfrutan de sus nietos, familias que celebran juntas unas navidades y abren unos regalos el dia de Reyes. El libro de mi vida no es distinto a la del resto pero si puedo asegurar que le faltan muchas páginas. Quizás por eso reniegue de Melchor, Gaspar y Baltasar y quiera a Artabán. Quizás después de los años no me abra a todo el mundo, ni me enseñe, ni me muestre. Un buen amigo diría que es por miedo, pero sabed que ya, no tengo miedo ni a la muerte ni al dolor ni a nada, sólo a mis apegos, que sois aquellos que sabéis que os quiero. No he venido a hablar de mi vida. Quien me sigue y me lee me ha ido conociendo durante años. Y quien me ha mirado directamente a los ojos  me conoce algo más. Otros dicen que soy un alma inquebrantable pero accesible con quien me encuentra. No lo sé. Me he identificado con Coleridge y con Bécquer, con Borges y con Quevedo, como también con la letra de una canción "walking in my shoes" de Depeche Mode. Hoy una llamada ha removido el cieno que todos llevamos. Y para un romántico al que la vida le ha inyectado realismo le ha mostrado que no tengo la piel tan dura como muchos creéis. Y que conste que mi interlocutora era lo suficientemente humana como para no tener nada contra ella y estarle agradecido eternamente. 


Por ello, antes que surjan los típicos mensajes hipócritas de estas fechas, yo sinceramente, aunque sea un agnóstico, os felicito las fiestas. Y sobre todo deseo... vuestra felicidad. 


Besos y abrazos.


@agustindelasheras

@cronistadevaldepielagos

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