Crónica: Un día de noviembre, en Talamanca.




Crónica: Un día de noviembre, en Talamanca. 


Llegar un poco antes al lugar del ágape y pedir un Ribera en la barra ya ha sido un buen comienzo. Un Vegazar roble de Zazuar ha tenido la culpa del placer inesperado. Acababa de llegar a Talamanca de Jarama y me han transportado a las Bodegas Milvus de ese pueblo burgalés.


Al poco han llegado Ricardo y Nacho. Uno hacedor de diseños de todo aquello que estáis viendo en el Fuero, el otro, ilustre promotor de la idea de este recuerdo histórico y autor del libro conmemotativo de esta celebración, Juan Ignacio Merino de Mesa, Director General hace años de la Administración Local en la Comunidad de Madrid, también fue alcalde de Valdeolmos-Alalpardo y ahora es nuestro amigo y compañero.


Miguel, cronista de Algete, nos ha acompañado de sorpresa. Y para mí ha sido un placer. Al fin y al cabo somos "cierra fueros". Siempre hasta lo último en las celebraciones. Y por mucho tiempo. 


Mientras, han ido llegando componentes de este maravilloso grupo que acabando este año y a falta de dos celebraciones en dos pueblos y el final, en Talamanca, creemos haber cumplido el objetivo. Mucho trabajo individual y en grupo jueves de hace un año en el ayuntamiento de esta villa.


La sonrisa y simpatía de Yasmina, desde El Molar, anunciaba su llegada. Mariasun y Pepi, maestras de esta tarde en su pueblo, Talamanca, junto a la compañia de Fuentesanta que nos ha visitado y acompañado el tiempo que ha podido.


Valdepiélagos tenía a Maricarmen representándolo al que luego se ha unido Elisa. Qué decir de ellas. Pues lo diré. Han sido el alma mater de la celebración del Fuero en nuestro pueblo. Sin ellas, no habría habido la fuerza invisible necesaria para mover la idea.


Y de Talamanca también, Alfonso ¿Sabe su pueblo del valor que tiene en su persona? Creador de ese maravilloso video, que ya nos ha conquistado, donde nos explica que un Fuero nos une. Y realizador de otro reciente acerca de Talamanca de cine. No dejéis de verlo. Y María, concejala, que junto a su hijo, han querido compartir con nosotros un colacao. 


Javier de El Vellón ha entrado atropellado pensando que llegaba tarde y no, aún bebíamos Velazar en la barra. Ya me faltan adjetivos para definir a este grupo. Javier es el motor silencioso que hace que se muevan todos los engranajes de una administración local.


Pero antes de la comida un nexo revoloteaba en el ambiente. Nacho me contaba su experiencia con Fernando Herrán, el periodista de Telemadrid al que habíamos acompañado en Valdeolmos y Valdepiélagos y coincidíamos en lo gran persona que era, en la ilusión que tenía en su trabajo, y lo agradable que nos había resultado contarle la historia de nuestros pueblos. Los dos programas, de Ruta 179, están en pleno montaje. No sabemos cómo van a comprimir horas hablando con ellos en cuatro o cinco minutos. Aunque el programa que no saldrá me lo llevo en un instante que fue un placer vivir con ellos. Nacho ha cogido su móvil y le ha llamado para decirle que estaba conmigo. Y ambos hemos hablado y hablado. Como siempre su alegría y la ilusión de su trabajo nos ha convencido que nuestros pueblos tendrán programas memorables. He tenido que colgarle porque nos esperaban para empezar la comida. Pero las ganas de charlar y conversar nos ha hecho emplazarnos a quedar muy pronto.


Se nos ha incorporado la mujer de Nacho y el revolutum gastronómico ha empezado.


Alubias, espárragos, sardinas, guisantes y... huevos, huevos, huevos y chorizos, chorizos y chorizos, acompañados de patatas... qué bien se come en La Ración de Xer, en Talamanca. La comida y el trato de los camareros está a una gran altura.


Y pasados los postres... Mariasun nos ha enseñado la iglesia. La iglesia de San Juan Bautista es una lección de historia que pasa por el románico, el gótico y el renacimiento. Y con Mariasun, al igual que con Pepi, estaría horas y horas escuchando y aprendiendo. Hemos entrado e ido hacia el abside bajo un cielo mudéjar. Canecillos esculpidos donde el artesano dejó su impronta, detalles ocultos en piedras añadidas quizás de geometría árabe de alguna antigua mezquita, Y detalles muchos detalles escondidos que nos descubría Mariasun. Arcos de medio punto, metopas geométricas, capiteles, estrellas de ocho puntas dibujando un cielo de piedra, una bóveda tardía en el Románico traida en diseño desde el mismo Císter y el recuerdo de una Virgen de la Fuensanta desaparecida en una guerra incivil. La torre adosada anunciaba las seis con el tañido de campanas mientras el espíritu de la guardiana de las llaves nos medio echaba.


Pepi nos ha llevado a la muralla, al torreón recién restaurado. Y por una construcción de madera, a modo de torre de asalto, nos ha subido a una puerta a lo alto, cerrada con llave, tras un camino verde y ya oscuro por la tarde por donde alguien ha visto pucharacas entre las ortigas. La puerta no se abría. Es más, no se ha abierto aún con nuestro adalid Ricardo y su intento. La cerradura de la torre nos ha robado la llave y hemos tenido que bajar tras ser derrotados por la defensa. 


Era ya tarde. Y Pepi nos ha prometido guiarnos como a ella le gusta hacerlo. Desde el puente, desde Roma, callejeando por Talamanca y la historia que nos ha unido. Así que volveremos, quiero volver y no sólo por el arte y la historia, sino por poder escribir otra crónica con mis compañeros de este gran grupo del que ya nunca me alejaré.


Gracias por ser como sois y... por existir.


@agustindelasheras

@cronistadevaldepielagos

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