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Crónica: Luis María González Valdeavero, pregonero. 17 de noviembre de 2024.

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Crónica: Luis María González Valdeavero, pregonero. 17 de noviembre de 2024. Demostrado queda que Valdepiélagos ha dado ilustres personajes aunque no hubieran nacido en la villa. Y la genética ha fluido generación tras generación aunque la distancia haya alejado a los progenitores. Esta mañana, el azul del cielo de los cuadros de Velázquez era sin duda más vivo. Y El Pardo era un lugar más luminoso que el existente en las pinturas del Prado. A Luís Maria le había visto por última vez en una playa de Calpe este verano. Bueno, él me vio a mi. Yo sólo percibí que me miraba alguien desde donde mi vista ya no era efectiva y que en el móvil le enseñaba a su mujer una foto que parecía mi imagen. Ella dijo que no era yo y al yo comentarle a la mía que me parecía haberme visto en un móvil lejano, mi cónyuge también lo negó. Un whatsapp envié a mi conocido amigo diciéndole que si estaba en Calpe a lo que afirmó diciendo que eramos los dos los que no nos habíamos conocido.  Hoy él vestía traje de

Crónica: Entre el XIX y el XX

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  Crónica: Entre el XIX y el XX Los entendidos que cortan los siglos como el que despacha filetes nos indican que el siglo XX no empezó en 1900 sino el 1 de enero de 1901. Los libros de bautismo en Valdepiélagos era un lugar recurrente para que los curas nos contaran gacetillas de noticias varias entre nacimiento y nacimiento.  De hecho, es curioso aquello que nos escribe Don Rafael González, como último apunte de 1900, en el Libro 8º de Bautismos de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Dice que, “En este año se regaló a la Purísima Concepción de esta villa, por el señor cura, un arco de flores, además de hacer gratuita las Fiestas de Flores y de la Concepción. También se regaló por dicho señor y por Doña Leonor Rojo, una cortina con el letrero de Hijas de María, para la baranda del coro. Así como también se retocó a San Antonio de Padua, con la protección del señor cura y limosna del pueblo, haciendo su fiesta gratuita en su día, habiendo hecho el altar de Santa Lucía en el

Crónica: La falsa acacia.

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Crónica: La falsa acacia.  Me decían mis tías y mi padre que los años inciviles donde los unos mataban a los otros, los de siempre, pasaban hambre. Recuerdo que mi madre me contaba que en el Madrid sitiado, en la calle de Los Madrazo, además de sobrevivir a las bombas había que subsistir al hambre. Pero los parques de Madrid y el suelo de tierra prensada bajo los adoquines eran huertos baldíos para la penuria diaria.  En Valdepiélagos, los cardillos, pucharacas, alguna seta de cardo, berros, acederas y espárragos solitarios, engañaban algo al estómago, pero indudablemente lo que dejó huella a esa generación fue el hambre. Y lo recodaron toda la vida..  Los hechos ocurridos desde el 36 al 39 fueron omitidos en los libros de la iglesia. Nada se sabe de nacimientos, defunciones y matrimonios durante esos años, porque nadie los escribió. Tiempos difíciles para iglesias, legajos y sacerdotes. Cada vez que recorro la ladera del camposanto me detengo en nombres con apellidos conocidos que se

CRÓNICA: El día de Todos los Santos, hace cien y doscientos años, 1 de noviembre de 2024.

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CRÓNICA: El día de Todos los Santos, hace cien y doscientos años,  1 de noviembre de 2024. «Homo sum, humani nihil a me alienum puto» (Hombre soy, nada humano me es ajeno) » PUBLIO TERENCIO.  Este año, habiendo fallecido mi tía Ceferina hace unos días, me cuesta escribir esta crónica.  Relativizar la vida es algo ajeno para quien piensa que lo malo sólo les ocurre a los demás. Quizás sea mejor vivir en la ignorancia, no digo que no, pero al menos vivir los instantes. Pero hay otra forma de relativizar la vida y es relativizar la muerte. Y como nada humano nos debe ser ajeno, nada nos impide pensar en quienes habitaban Valdepiélagos y hace cien o doscientos años, nos dejaron. Porque al fin y al cabo muchos de sus descendientes paseamos por un pueblo en el que ellos vivieron y murieron. Y sin ellos no seríamos nada. Pues bien, en el próximo día de Todos los Santos recordamos a quienes nos dejaron hace docientos años, enterrados todavía en el suelo de la iglesia.  Gregoria Moreno, mujer d

CRÓNICA: CEFERINA DE LAS HERAS FRUTOS, mi tia Ina.

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CRÓNICA: CEFERINA DE LAS HERAS FRUTOS, mi tia Ina.  Y de repente nos dejarán.  Hoy, en el día de tu cumpleaños te diré que aunque nuestros caminos se separaron hace muchos años, como se distancian las vidas, por torpezas, la culpa fue solamente mía. En mi caso me costó madurar y pensar en mi mismo. Y eso me llevó a luchar por vivir sin ser vivido y a cometer los errores y los aciertos desde mi voluntad, pero sin intereses y opiniones ajenas. Y cuando me rencontré contigo aprendimos a querernos con una facilidad sincera porque en el fondo los dos sabíamos que no ibamos a caer de nuevo en la distancia. Hasta mi hija Virginia te quiere como a la abuela, mi madre, que no pudo disfrutar. No tuviste una vida fácil.  De entrada ya planebas acortarla en esa casa maldita. Luego saliste de tu pueblo y fuiste a trabajar a Madrid y ya llevabas en tu trigémino los golpes del camino, como te dijo un día aquel doctor.  Pero seguiste adelante, conociste a tu marido, Manolo, que le recuerdo como la bon

CRÓNICA: 200.

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CRÓNICA: 200. 200 crónicas en 24 meses. Entre 8 y 9 crónicas al mes.  Material para dos libros.  6700 visitas en el blog y centenas de comentarios.  Con muchos frentes de investigación abiertos.  Valdepiélagos será uno de los pueblos de Madrid con la mayor historia escrita.  @agustindelasheras  @cronistadevaldepielagos  @presidentecronistasmadrileños

CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda.

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CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda.  Estoy intentando disponer de mi tiempo para lo que deseo yo y no los demás. La vida pasa muy deprisa, tan deprisa como transcurrió la de las personas que aparecen en los legajos y fueron olvidadas.  Tengo claro que muy pocos merecen mi tiempo, vuestro tiempo, porque la quimera sencillamente consiste en vivir o ser vivido.  Me gusta investigar en el pasado de Valdepiélagos, reconstruir la historia de sus gentes, porque gracias a ellos somos lo que somos, y escudriño documentos que según se retrocede en el tiempo son difíciles de leer, bien por la letra complicada de quienes sabían escribir o bien por el estado de los escritos.  Del siglo XIX hacia atrás, los libros de matrimonio escasean y los de bautismo y defunciones no están completos. Hace tres años, paralela a la historia de Valdepiélagos retrocedí en el tiempo buscando dos apellidos, Frutos, y De las Heras. Nunca dejaré de agradecer que la información de la historia de nues