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CRÓNICA: El día de Todos los Santos, hace cien y doscientos años, 1 de noviembre de 2024.

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CRÓNICA: El día de Todos los Santos, hace cien y doscientos años,  1 de noviembre de 2024. «Homo sum, humani nihil a me alienum puto» (Hombre soy, nada humano me es ajeno) » PUBLIO TERENCIO.  Este año, habiendo fallecido mi tía Ceferina hace unos días, me cuesta escribir esta crónica.  Relativizar la vida es algo ajeno para quien piensa que lo malo sólo les ocurre a los demás. Quizás sea mejor vivir en la ignorancia, no digo que no, pero al menos vivir los instantes. Pero hay otra forma de relativizar la vida y es relativizar la muerte. Y como nada humano nos debe ser ajeno, nada nos impide pensar en quienes habitaban Valdepiélagos y hace cien o doscientos años, nos dejaron. Porque al fin y al cabo muchos de sus descendientes paseamos por un pueblo en el que ellos vivieron y murieron. Y sin ellos no seríamos nada. Pues bien, en el próximo día de Todos los Santos recordamos a quienes nos dejaron hace docientos años, enterrados todavía en el suelo de la iglesia.  Gregoria Moreno, mujer d

CRÓNICA: CEFERINA DE LAS HERAS FRUTOS, mi tia Ina.

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CRÓNICA: CEFERINA DE LAS HERAS FRUTOS, mi tia Ina.  Y de repente nos dejarán.  Hoy, en el día de tu cumpleaños te diré que aunque nuestros caminos se separaron hace muchos años, como se distancian las vidas, por torpezas, la culpa fue solamente mía. En mi caso me costó madurar y pensar en mi mismo. Y eso me llevó a luchar por vivir sin ser vivido y a cometer los errores y los aciertos desde mi voluntad, pero sin intereses y opiniones ajenas. Y cuando me rencontré contigo aprendimos a querernos con una facilidad sincera porque en el fondo los dos sabíamos que no ibamos a caer de nuevo en la distancia. Hasta mi hija Virginia te quiere como a la abuela, mi madre, que no pudo disfrutar. No tuviste una vida fácil.  De entrada ya planebas acortarla en esa casa maldita. Luego saliste de tu pueblo y fuiste a trabajar a Madrid y ya llevabas en tu trigémino los golpes del camino, como te dijo un día aquel doctor.  Pero seguiste adelante, conociste a tu marido, Manolo, que le recuerdo como la bon

CRÓNICA: 200.

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CRÓNICA: 200. 200 crónicas en 24 meses. Entre 8 y 9 crónicas al mes.  Material para dos libros.  6700 visitas en el blog y centenas de comentarios.  Con muchos frentes de investigación abiertos.  Valdepiélagos será uno de los pueblos de Madrid con la mayor historia escrita.  @agustindelasheras  @cronistadevaldepielagos  @presidentecronistasmadrileños

CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda.

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CRÓNICA: El pasado que nos une, el tiempo que nos queda.  Estoy intentando disponer de mi tiempo para lo que deseo yo y no los demás. La vida pasa muy deprisa, tan deprisa como transcurrió la de las personas que aparecen en los legajos y fueron olvidadas.  Tengo claro que muy pocos merecen mi tiempo, vuestro tiempo, porque la quimera sencillamente consiste en vivir o ser vivido.  Me gusta investigar en el pasado de Valdepiélagos, reconstruir la historia de sus gentes, porque gracias a ellos somos lo que somos, y escudriño documentos que según se retrocede en el tiempo son difíciles de leer, bien por la letra complicada de quienes sabían escribir o bien por el estado de los escritos.  Del siglo XIX hacia atrás, los libros de matrimonio escasean y los de bautismo y defunciones no están completos. Hace tres años, paralela a la historia de Valdepiélagos retrocedí en el tiempo buscando dos apellidos, Frutos, y De las Heras. Nunca dejaré de agradecer que la información de la historia de nues

CRÓNICA: VALDEPIÉLAGOS, FUERO, PASADO Y PRESENTE, AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ Cronista Oficial de Valdepiélagos (Madrid) (IV y última)

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CRÓNICA: VALDEPIÉLAGOS,  FUERO, PASADO Y PRESENTE, AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ Cronista Oficial de Valdepiélagos (Madrid) (IV y última)  (Con esta crónica finaliza el trabajo que presenté en el congreso de Sigüenza)  Y el pasado aquel del Fuero se convirtió en la historia de una aldea que se hizo villa. Y como tal fue teniendo más crónicas y acontecimientos que este espacio solo puede registrar a modo de ejemplos. Nosotros también tuvimos a nuestro héroe en aquel desastre de finales de XIX. Julián González Frutos, un valdepielagueño que murió en la Guerra de Filipinas. No fue en el Sitio de Baler pero sí dejó su vida contagiado por enfermedades no conocidas donde nació. Y la secuencia de averiguar su historia es al menos curiosa. Un lunes de febrero Mari Carmen González, la anterior bibliotecaria, le preguntó a Miguel de las Heras, abacero del siglo XXI, por los datos de un valdepielagueño llamado Julián. Hace tiempo Miguel se había puesto en contacto con el historiador Miguel Ángel

CRÓNICA: VALDEPIÉLAGOS, FUERO, PASADO Y PRESENTE, AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ Cronista Oficial de Valdepiélagos (Madrid) (III)

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CRÓNICA: VALDEPIÉLAGOS,  FUERO, PASADO Y PRESENTE, AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ Cronista Oficial de Valdepiélagos (Madrid) (III) (Continuamos con el trabajo que presenté en Sigüenza)  (...) Entrando en el siglo XIX Valdepiélagos pasó de página a aquel Fuero bueno y honorable. El 13 de mayo de 1801 se eximió de la jurisdicción de Talamanca con deslinde incluido. El día 15, día de San Isidro Labrador, se firmó dicho villazgo por muchos de los vecinos de este pueblo, patrón de la villa. Los primeros señores de justicia nombrados el día que se tomó posesión fueron: alcaldes, señor Andrés Frutos y señor Fernando Pascual; señores regidores, señor Luis López y señor Santiago Benito; señor Procurador, el señor Isidro García; alcaldes del campo, los señores Juan Redondo y Manuel Sanz, y alguacil, Luis Matías. Era por entonces cura de la única parroquia de esa villa, D. Vicente José Poveda. Costó la eximente de dicha jurisdicción más de cuarenta y cuatro mil reales de vellón, sin contar gastos

Crónica: Doce de octubre

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Crónica: Doce de octubre  En la Comunidad de Madrid existen cerca de 49.000 calles.  Cada calle se convierte en una encrucijada cada vez que se cruza con otra calle. Son lugares donde nacen, viven y mueren las gentes. Y donde se cruzan los caminos de muchas vidas.  Encrucijada de vidas, de historias, que algunas veces son curiosas por su casualidad.  En esas calles de Madrid se han cruzado vidas a lo largo del tiempo.  Allá por los años 30, un valdepielagueño convertido en guardia de asalto trabajaba en la capital lejos de su pueblo. Tres niñas y un niño huérfanos esperaban el envío de una paga y de leche en polvo cuando la había. Aunque la manutención de esos críos corría a cargo de sus abuelos quienes les cuidaban y amaban en el pueblo. Contando con la protección y el cariño de su tío Casimiro.  Aquel valdepielagueño se llamaba Emigdio de las Heras y junto a un conductor guardaban un vehículo oficial en unos garajes que había junto a El Retiro, en la calle Doce de octubre haciendo ma