Crónica: Presentación en Valdepiélagos del libro "+300 Historias en el Metro de Madrid" de Luis Maria González Valdeavero.


Ayer tuve el placer de presentar el libro de mi buen amigo LuisMa Ría  Luis María en el pueblo de nuestros ancestros.

El marco incomparable del Centro Cultural se está convirtiendo en un escenario donde Valdepiélagos y sus vecinos disfrutan y comparten. Y eso es lo más importante porque es un lugar de reunión donde nos vivimos mutuamente con el deseo futuro de volver a vernos ya sea con presentaciones, debates, interpretaciones de la rondalla, exposiciones... Ayer fue agradable escuchar la pregunta de, para cuándo la próxima. 

Agradezco la asistencia de la familia del autor, de la mía, amigos, miembros de la Asociación Atalayas, vecinas y vecinos de Valdepiélagos y sobre todo la inestimable fuerza organizativa de la Asociación Cultural de El Pilar, representada en Mari Carmen Gonzalez MariCarmen y Elisa Chicharro Elisa.

No puedo dejar de agradecer a Susana y Antonio Iniesta su trabajo plasmando y deteniendo el tiempo con sus fotografías dejando huella eterna del acto.

Después de la presentación de Elisa tomé la palabra.

Os dejo en esta crónica la presentación que hice de LuisMaria.


"Buenas tardes.

Al principio del año pasado no conocía a Luis Maria. 

Todo empezó en la exposición de fotos de "MUJER" el 8 de marzo de 2024. Aquel regalo de nuestra vecina Susana donde plasmó el alma de las valdepialagueñas. Y de allí, salieron dos encargos, dos líneas de investigación. Una la del Frits Knipa, el tío Loco, y otra, de una conversación con nuestra ilustre pintora Manoli González la existencia de un familiar que pintaba como ella. Por cierto Manoli, para cuándo otra exposición.

Me habló de Buenaventura Antonino González Chicharro, hijo de Manuel y María Esperanza, tío de Manolo Gónzalez, padre de Manoli, nació el 14 de julio de 1927.

En la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de la villa de Valdepielagos fue bautizado el veintiuno de agosto, por el cura encargado Don Antonio Ávila Jiménez. Su padre fue Manuel González Calleja y su madre María Esperanza Chicharro Frutos. Era nieto por línea paterna de Ruperto González Moreno y Catalina Calleja Toro y por la materna de Lorenzo Chicharro Martín y Dionisia Frutos Moreno. Todos los nombrados, de Valdepiélagos.

Antonino, como era conocido, se caso en Valdetorres un 25 de septiembre de 1956, con Juana Valdeavero. Antes le habían tallado en el ayuntamiento de Valdepiélagos un 7 de agosto de 1948 entrando en caja de reclutas un 12 de agosto clasificado como soldado útil.

Y lo curioso es que, como a Macario González de su misma quinta, fue enviado a África, en este caso, a la Brigada Mixta de Caballería del Ejército de Marruecos y con destino en el Regimiento Dragones de Alcántara, el número 15 de caballería, heredero del glorioso regimiento de Alcántara que se sacrificó en 1921 para que pudieran replegarse aquellos quintos hechos soldados que no pudieron pagarse el no ir y sufrieron el desastre de Annual.

En Valdetorres continuó con una vida agrícola cultivando la tierra del Jarama, con deliciosos frutos, incluida una variedad de pera exquisita. Antonino se encargó de la huerta de su suegro Jacinto, el cual realizó un injerto de la pera tradicional con la sanjuanera creando una variedad exquisita.

En otro momento trabajó en una granja para un tal Enrique. Y si os digo que este Enrique vivía en Fuencarral, donde el coche de línea tenía que pasar por una estrechez para salvar su casa (aún existe), que era pescadería y que como pescadero iba a Valdepiélagos diciendo que, vaya pueblo más “cachondo”, seguro que sabéis de quién hablo.

Pero lo importante, que lo fue, no fue sólo su vida. Sino que tenía una afición, como Manolí, la hija de su sobrino Manolo, nuestro cronista de las fuentes de Valdepiélagos, pintaba cuadros y los pintaba muy bien.

Este ilustre valdepielagueño murió el 21 de septiembre de 1994 en Madrid. 

Las pinceladas de su vida, así como fotografías de algunos cuadros me los proporcionó su hijo Luis María González, que tengo a mi lado, así le conocí, investigador de la villa de Madrid, sus costumbres, sus gentes y su subsuelo, estando su vida relacionada con el Metro de Madrid y su historia.

En tan poco dicho, cuanta gente ilustre de Valdepiélagos.

El 24 abril 2024 acudí invitado por LuisMaria a una charla sobre Antonio Palacios donde él era ponente. Allí comprobé lo reconocido que era su figura en la historia del metro de Madrid.

Pero donde observé lo integrado que estaba en la historia de Madrid, la castiza, la de siempre fue cuando me invitó a la romería de San Eugenio, en El Pardo, el 17 noviembre de 2024 donde fue elegido pregonero, por algo sera. Luis Maria ha fotografiado y ha sido testigo de todo aquello relacionado con aquella villa, sus calles y sus gentes.

Algo de lo que fui testigo también el 9 de febrero de este año cuando fue nombrado pregonero en la romería de San Blas. Que sepáis que es muy querido entre aquellos que salvaguardan la tradición de Madrid.

En esta vida doy gracias a que el destino me permita conocer a personajes tan ilustres como LuisMaria. Porque son personas que te dan otra visión de tu propio camino.

En la tarde del pasado 5  de febrero me aventuré a la vieja estación de Delicias donde presentó este libro en Madrid. +300 historias del metro de Madrid. Y sabed que Luis Maria es una persona muy reconocida entre sus compañeros llegando su huella incluso al metro de Barcelona.

Estas historias son un auténtico deleite ya que son devoradas con la facilidad de querer leer más y mas. Historias que me han llevado a otras historias vividas en primera persona. 

Me gustaba de niño viajar en el metro con algún amigo mirando por la ventana que separaba, en el primer vagón, al conductor de los viajeros. Salir de una estación hacia la oscuridad viendo aparecer a lo lejos la siguiente estación. 

La otra anécdota fue un suceso que me ocurrió en la estación de Sol, línea 1. Corríamos mi novia y yo para entrar al vagón antes que se cerrara la puerta. Ella entró gracilmente pero mi metro y noventa y dos centímetros se estampanó contra la barra que sirve para que los que van de pié se sujeten. No sé si fue más brutal el golpe que el ruido. Todos los que estaban sentados a mi espalda se empezaron a reír.  Yo me dí la vuelta, con la vena marcada ya de los "canturdeos" y fui mirando uno a uno mientras callaban y bajaban la cabeza. Lo último que recuerdo fue a decirle a mi novia que me avisara, cuando nadie mirara, porque me iba a desmayar.

Y que sepas Luis Maria, que Valdepiélagos,  además de estar relacionado con la EMT también lo estuvo con el Metro. Un nacido aquí, al que tampoco hace falta traer aquí su nombre, hizo prácticas en el Metro al hacer la mili en los ferroviarios de Fuencarral. Y le gustaba abrir y cerrar las puertas separando novios y familias. E incluso una vez, un conductor le dejó que llevara un comboy. Confío en el mientras devoraba su merienda y el mozo cogió y cogió una velocidad endiablada, metiendo una velocidad tras otra. Hasta que el conductor tiró el bocata para intentar frenar aquello. Parece que lo consiguió.

En fin, es un placer presentaros a Luis Maria González Valdeavero, con sangre de Valdepiélagos, escritor, investigador, fabuloso fotógrafo, ha sido trabajador del Metro de Madrid y es licenciado en Ciencias del Trabajo por la Universidad Carlos III de Madrid. Autor de otro libro Chamberi y sus fantasmas.  Y pieza fundamental en la Historia de Madrid. De hecho, contar todo lo que ha aportado a su historia me lleva a pensar si no es merecedor, que sí que lo es, de llegar a formar parte algún día de los Cronistas de la Villa de Madrid. Yo, desde mi actual cargo, lucharé por ello.

Muchas gracias.

Os dejo con Luis Maria"


@agustindelasheras

@cronistadevaldepielagos

@presidentecronistasmadrid

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