CRÓNICA: DÍA DE LA MADRE, 5 de mayo de 2024


CRÓNICA: DÍA DE LA MADRE, 5 de mayo de 2024.

Es en esta fecha cuando pienso que mis pocos instantes de felicidad ni siquiera lo fueron ni lo serán plenos. 

Para mi la felicidad es compartir.

Este año me hubiera gustado compartir contigo tantas cosas, hacerlas tuyas, dártelas, agradecértelas por darme una existencia. 

En mi vida me hubiera gustado compartir contigo el nacimiento de tu nieta, mi boda, la compra de una casa, un viaje, un ágape, un paseo, una conversación o la publicación de cualquiera de mis libros. 

Antagónico amanecer donde se mezcla la alegria con la añoranza, el presente con el recuerdo...

El mismo día puede ser un regocijo actual al poder ver el brillo de una mirada o la nostalgia de buscarla en la memoria. 

Después todos este tiempo donde la satisfacción de tener una madre se ha convertido en ocasiones en dolor hará que este dia no sea igual para todos. 

Yo mismo hace años que destruí el altar de las moiras del destino. Sé que Cloto se limitó a tejer el hilo de la vida de mi madre pero Láquesis lo midió y Átropo lo cortó. Siempre sois implacables y por eso mi odio será eterno. 

Sois tan crueles que cuando os llevais el alma de una madre ya los paseos ni los atardeceres son los mismos. Ni los olores ni los sabores, ni el cielo tiene el mismo color azul. 

Sois tan despiadadas que cuando apagáis la mirada de una madre estáis destruyendo el sentido de los mimos. 

Y ni siquiera cuando te cobijas en el espacio onírico tenéis piedad, porque continúa el dolor al hacernos soñar con quien más queríamos. 

Un dia como hoy siempre me pregunto lo mismo. 

¿Dónde estará aquella vida que pudo ser y el destino me obligó a vivir sin ti?

Pero hay algo que las moiras no me podrán quitar. Por un lado el haber vivido, aunque poco, a mi madre, por otro saber que tuve una abuela que murió joven y una bisabuela que tampoco conocí porque se fue cuando yo tenía un año. Y mientras viva no me podréis robar la paz que me da esa ladera junto a la carretera, a la entrada de Valdepiélagos, donde os tengo a todas juntas además de en mi corazón. Y cuando os visito, estar frente a olivos, donde el membrillo regala su aroma y el viento me mece como si fueran ellas. Ni Artemisa tuvo nunca un templo igual. 

Feliz día de la madre... y de abuelas y de bisabuelas.


Fotografías

Concepción Martínez Aroca, mi madre.

(1936-1992)

Antonia Frutos Gil, mi abuela.

(1901-1932)

Ceferina Pascual Frutos, mi bisabuela. (1874-1966)


@agustindelasheras

@cronistadevaldepielagos

Comentarios

Entradas populares de este blog

CRÓNICA: EL OTRO ALEMÁN, EL TÍO LOCO DE VALDEPIÉLAGOS O FRITS KNIPA EN LA REALIDAD (I)

CRÓNICA: MUJER TRABAJADORA

CRÓNICA: MANUELA GONZÁLEZ, ilustre pintora de Valdepiélagos (Exposición 23, 24 y 25 de febrero de 2024)