CRÓNICA: SAN ISIDRO

CRÓNICA: SAN ISIDRO Nos metieron por una puerta extraña de La Colegiata a la que seguían pasillos y escaleras estrechas. Como si de un lugar secreto se tratara junto a la antigua Catedral de Madrid, en la calle de Toledo, la clase de historia desembocó en una pequeña habitación donde se encontraba el cuerpo incorrupto de nuestro patrón. Por aquella época tuve el honor de estudiar en el Instituto de San Isidro. Era el principo de los 80. Soy madrileño de nacimiento y solo la rama de mi abuela se hunde en la genealogía gata. Mis otros abuelos eran de un pueblo de Madrid, con el mojón separándolo de Guadalajara, Valdepielagos. Alli nacieron también mis bisabuelos y en aquella tierra está enterrada mi madre. Otra castiza, que nació en la calle de Los Madrazo mientras Madrid era bombardeada en 1936. Valdepiélagos tiene, como no, el mejor patrón. Y como villa que es, lo comparte con la capital. El patrón de la villa de Valdepiélagos, y Madrid, vivió por esas tierras huyendo de la capita...